Vestigios

“Y la selva se erguía espectral... y a través del aire tenue... el silencio de la tierra se introducía en el corazón de todos. Su misterio, su grandeza, la sorprendente realidad de su vida oculta”. (Joseph Conrad, Corazón de las Tinieblas)

Como colombiano, me mueve una urgencia obsesiva en la que llevo más de 15 años viajando por todos los rincones del país para retratar los paisajes naturales más salvajes y hermosos, los últimos vestigios de lo que alguna vez fueron territorios extensos, llenos de asombrosas manifestaciones de vida.

Sitios bellos y salvajes parecen existir ahora como últimas expresiones de una abundancia que hace poco parecía inagotable, y que de repente parece estar al borde del colapso.

Con esta serie llamada VESTIGIOS, quiero compartir las impresiones que producen en mi retratar estas tierras aún vivas de Colombia, plantarme frente a su fuerza bruta e indiferente, sentir su armonía y tiranía, y ojalá poder reflejar a través de mi trabajo ese misterio que a la vez guardan y desbordan nuestras áreas naturales.

Vivimos en ciudades cada vez más grandes y apretadas, estamos completamente conectados a dispositivos electrónicos que llenan nuestros espacios y a través de los que organizamos nuestros días, y nos hemos ido olvidando y desligando de todo aquello que es origen.

A veces pienso que esta rebeldía, este camino indiscutible que hemos emprendido para separarnos de nuestra propia naturaleza, no es sino una carrera que tiene como uno de sus fines apartarnos del hondo vacío de la existencia.

Y con esta serie pregunto: ¿De qué nos hemos querido separar? ¿A qué vacío le tememos? Y mi respuesta es: de nosotros mismos, de la no aceptación de lo infinito. Entonces miro lo más hondo que puedo, y le rindo homenaje a la majestuosa belleza de aquel misterio incomprensible que aún nos rodea.